26 julio 2013
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Published by Gustavo Volpin
26 julio 2013
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Leer sobre la vida del autor de una obra de Teatro que se está trabajando es, para los artistas, una tarea de profunda comunión y comprensión con esa mente y con ese ser que volcó, en un texto, parte de Sí.
En la medida en que vamos comprendiendo -Leer - sentir - imaginar- la vida y el contexto de un autor dado, el acto de crear puede ir cobrando dimensiones superiores, que no se quedan con la anécdota, sino que vamos sabiendo en 3D (3D de vida, y no de pantalla) un poco más del trabajo de ser actriz o actor. Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio teatral "La cueva de Colegiales". Contacto: teatrovolpin@gmail.com
Published by Gustavo Volpin
16 julio 2013
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El primer momento de la mañana es una buena ocasión para conectarse con lo esencial de nuestra existencia.
El común de las personas puede hacerlo. En el caso de los artistas es un deber hacerlo......
A veces se me ocurre pensar que todos los seres humanos debemos tener un primer instante en la mañana, en el cual conectar con el silencio que lleva a la escucha....... y a la percepción de nuestro instrumento corporal..... este "traje de astronauta", que es nuestro cuerpo y que nos permite interactuar con todo lo que ocurre en esta atmósfera de este planeta. Para los artistas que ponemos el cuerpo sobre un escenario, el concepto de instrumento es básico, ya que nos da la pauta de que estamos creando, aún poniendo en juego sentimientos, ego, psiquis y todos los elementos que hacen a una vida de interacción y entrega.
Esta es la palabra que - quizás - mejor sintetiza una explicación del Arte del Actor/Actriz : Entrega.
Todo lo que aprendemos a transitar en el Taller de Teatro es material de archivo para luego, selección creativa mediante, ser utilizado en cada obra o representación de la que seamos parte.
Nada de lo que aprendemos es desechable y todo junto no nos sirve.
Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio cultural "La cueva de Colegiales".
Contacto: teatrovolpin@gmail.com
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12 julio 2013
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Desde los primeros tiempos, a medida que la vida se ha vuelto más sedentaria y la antigua costumbre de cazar para procurarnos comida, calzado y vestimenta se ha transformado en complejos modos de organización y producción textil, de calzado y de productos alimenticios, también han ido cambiando los hábitos cotidianos de nuestra especie humana.
Pero los impulsos se mantienen.
El impulso agresivo que antes nos llevaba a la cacería con rituales y preparación previos, hoy se ve canalizado en cada acto que nos lleva a ganarnos la vida. A veces nos vemos envueltos en discusiones agresivas, cuyo impulso no pudimos manejar y no comprendemos del todo.... Queremos tener la razón por cuestiones incluso banales o demasiado simples como para justificar semejante desgaste y utilización de tiempo y energía.
El teatro, como buen reflejo de la vida, se ha visto -también- afectado por estas cuestiones. Siempre me he preguntado por qué una obra de planteo, aparentemente tan simple como "La fiaca" de Ricardo Talesnik, es tan buen material de trabajo en mis talleres de Teatro para empezar a explicar el tema de la Acción teatral. Y la respuesta es clara: Néstor Vignale es el cazador que no quiere ser cazado y que se resiste a ser dominado, en su ancestral impulso del cazador/macho en cuyo ADN está inscripto el mandato del género de "ganar la contienda".
Antiguamente las acciones se planteaban de manera más lineal porque la vida se presentaba más lineal. En líneas generales, a medida que evolucionamos y las organizaciones sociales se han complejizado, la acción teatral se ha ido expresando de maneras crípticas haciendo más difícil y exigiendo a la mente del artista con mayor rigor en su camino de captar la acción para actuarla, para ponerla en escena transmitiendo claramente aquello que consideramos que el autor o la autora quiso decir. Desde ya que hay excepciones como la citada "La fiaca".
En la Tragedia la acción era lineal y estaba signada por el destino. Años después, Nora de "Casa de muñecas" era capaz de escapar a su destino y hacer o construír su vida. La aparición del psicoanálisis, como resultado de esta evolución, plantea que los humanos podemos revisar lo que nos han hecho, lo que hicimos y lo que hacemos y, modificando nuestro punto de vista, ser capaces de modificar nuestras conductas, aprendiendo de los actos. Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio cultural "La cueva de Colegiales". Contacto: teatrovolpin@gmail.com
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11 julio 2013
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Published by Gustavo Volpin
10 julio 2013
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La diferencia entre una persona loca y una persona que crea es que quien crea, toca su creatividad a conciencia. El loco no crea. El loco es víctima de aquello que, pareciendo creatividad, no es más que consecuencia de una patología, es un mecanismo que se le impone: el delirio.
La locura es consecuencia de lo reprimido y somatizado.
El arte impide la somatización al sacar el conflicto a la superficie y transformarlo en hecho artístico.
Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio cultural "La cueva de Colegiales". Contacto: teatrovolpin@gmail.com
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10 julio 2013
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El simple hecho de estar compartiendo una vida siendo contemporáneos nos ubica en similares ámbitos y atmósferas de las que, definitavemente, respiramos el mismo aire.
¿Cuál puede ser el sentido esencial de la vida...? (si es que lo hay) ¿Compartir, quizás...?
El encuentro de personas y la exposición y escucha de las experiencias, los puntos de vista, las opiniones, los pensamientos, impulsos e imágenes nos lleva a interactuar... Interactuar o actuar unos con otros. Esta interacción es, en primer lugar, muy buena para quienes la ejercen ya que nos modificamos compartiendo, y crecemos... si somos capaces de reflexionar, previa bajada de corazas.
Este es, en parte uno de los sentidos del Taller de Teatro, modificarse a partir de la interacción verbal, corporal, emocional, de imágenes e impulsos. Es cierto que un artista promedio necesita un instrumento expresivo (su cuerpo) carente de juicio y de censura en el momento en que pisa el escenario. El "sentido del ridículo", que tantas contracturas nos trae en la vida cotidiana, no es un sentido al que un artista deba atender. Y, en verdad lo que es ridículo no es más que un concepto construído por la cultura y que no es el mismo para todos.
De todos modos calificar de ridículo a un modo de pensar, a una prenda que usamos, un diseño o una mueca no es más que un concepto subjetivo, generado por lo que "a mí me produce lo que el otro hace" . Y seguimos compartiendo conceptos... Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio cultural "La cueva de Colegiales". Contacto: teatrovolpin@gmail.com
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9 julio 2013
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Un artista debe ser consciente en gran medida de las cosas que hace y de las que deja de hacer... La persona que decide pisar un escenario con la responsabilidad de revelar un texto o una creación artística colectiva o individual, brindando una estética, ya sea clásica o rupturista y siendo parte de un grupo humano, debe contar con gran disciplina que le otorgue la capacidad de contener.
Contener en sí una gran cantidad de historias y de personajes es cosa seria, cuando de transmitir poéticas se trata. Por ejemplo, no es buen hábito el excederse en nada. Los artistas son seres capacer de compendiar y sintetizar en escena conceptos e imágenes que a una persona no artista le llevaría palabras y más palabras... o simplemente no podría.
Un artista entra en el mundo de la Naturaleza y de la Imaginación. Y estos mundos de la Naturaleza y de la Imaginación sólo abren sus puertas a quienes son capaces de enriquecerse entrenando, su capacidad de comprensión, su memoria, su imaginación, sus sentimientos y a aquellas personas capaces de no ser atrapadas por ninún tipo de adicción, sea ésta laboral, química (drogas, bebidas, comida), tecnológica (Computadoras y juegos de azar o electrónicos). Desde ya que nos encontraremos con personas que deciden crear apelando al uso de químicos, pero bajo la influencia de éstos no hay conciencia de los propios actos...
Un artista debe poseer amplio dominio de su cuerpo y su expresividad para poder entra y salir de los mundos en los que entra, sin perderse. El Arte es un camino fascinante y de gran responsabilidad que necesita de las pausas y los silencios en los que sentir se hace esencial y se vuelve parte de nuestra conciencia de estar vivos.
Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio cultural "La cueva de Colegiales". Contacto: teatrovolpin@gmail.com
Published by Gustavo Volpin
8 julio 2013
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En el teatro griego antiguo, la voz de los actores no era lo suficientemente potente como para llegar a todos los espectadores. Esto llevó al uso máscaras. Cada una expresaba un sentimiento mediante una mueca – obviamente rígida – tristeza, alegría, etc. Incluso las había con un formato que permitía proyectar la voz.
Estas máscaras se llamaban “per sona” = para sonar.
Analicemos, ahora, el término “personalidad”, palabra muchas veces mal entendida. La personalidad puede ser nuestra máscara o un modo de presentarnos ante el mundo, ya que la personalidad se construye, es cultural. La personalidad es una manera de hacernos ver o de hacernos oír, es decir “per sona”, para sonar.
Las máscaras son medios expresivos que no reflejan la esencia de la obra y que indican las emociones que los personajes sienten o “deben sentir”. Y así como las máscaras no reflejan la esencia de la obra, la personalidad no refleja, necesariamente la esencia de la persona. Rubén Blades, en su canción Pedro Navaja dice: “Se ven las caras, pero nunca el corazón…”
Por esto, es que el teatro de hoy – al menos en mi concepción y la de otros docentes y actores – busca lo que Constantín Stanislavski llamó la “vivencia” y que nosotros, en nuestra cultura llamamos el sentir. Es que a partir del sentir es posible fundar un Arte verdadero, que sea capaz de expresar la variada gama de matices de las que los seres humanos somos capaces. Sólo sintiendo podemos “ponernos en la piel de otro”.
La empatía (palabra de origen griego que significa el que siente o emocionado) es la capacidad de poder percibiry ubicarse en las circunstancias de vida y emocionales de otra persona sin dejar de lado el propio marco de realidad. De forma generalista podría decirse que la empatía es la capacidad de ponerse en lugar del otro y compartir los sentimientos.
Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio cultural “La Cueva de Colegiales”
Contacto: teatrovolpin@gmail.com
Published by Gustavo Volpin
5 julio 2013
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No nos engañemos: En la formación teatral no hay técnicas, hay personas. Ésto no quiere decir que el docente no maneje técnicas de formación. Por el contrario, debe conocer todas las técnicas habidas y por haber, porque las personas que se forman en el tema de la actuación, tienen su personalidad, su sello, su modo, que generalmente debe ser descubierto y expresado. La formación no se detiene en encontrar el propio modo. Continúa en la plasticidad que debe ser asumida y entrenada -en general- para llegar al Alma de las obras de los autores y a la composición o creación del personaje y desde él, llegar al público.
Para que todo ésto, que tan lindo "suena" en la teoría, se plasme en el escenario, es necesario que el docente entrene su percepción y su escucha empática, pensante, sintiente, decodificante y se actualice permanentemente...
Cada persona es un enigma a descifrar. Cada persona trae su mundo y su historia... y sus historias.
Y cada una de estas personas conformará el grupo que, a su vez, tendrá una dinámica, un cuestionamiento propio, silencios y palabras, signos, pausas y momentos irrepetibles...
En el camino de hacerse artista es necesario comprender que el artista tiene en su vida una oportunidad única de ir transitando la vida integralmente, aprendiendo las poéticas de cada una de las partes de su cuerpo que es la encarnación de muchas cosas más que el Alma......
Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio teatral-cultural "La cueva de Colegiales".
Contacto: teatrovolpin@gmail.com
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