"Teatro a la altura de tus ojos" - Sede Belgrano - Formación Actoral - Teatro - Wap: 1553697851

La conciencia de Sí es una herramienta, en el Teatro y en la Vida... Es posible hacer, pensar... vivir con mayor o menor conciencia de Sí. Uno no es mejor persona por ser más consciente de Sí. Pero si es más dueño de si mismo... sintiendo... Porque ser consciente incluye a los sentidos, su presente y su memoria.

El arte y el psicoanálisis ayudan a escucharse. En el Teatro, además de escucharse, la idea es observarse en la acción. Al poner el cuerpo, la persona pone en juego la integridad de su existencia. Y la vivencia se potencia. Por eso se habla de la adrenalina que produce el Teatro. Porque el cuerpo es la herramienta esencial... Uno imagina y la imagen baja al cuerpo y se pone en acción... El Juego es el secreto que, quienes no asomaron -aún- al Teatro, no conocen... 

Pero no es sólo cuestión de adrenalina... Los estados que el cuerpo convoca, son estados que van de lo instintivo a lo más elevado, pasando por las emociones y los sentimientos, por la voluntad y el miedo: por la Vida.

Gustavo Volpin, profesor de Teatro.

Contacto: teatrovolpin@gmail.com 

Hay un punto en el que el Teatro se parece mucho al fútbol. Como todas las cosas, el Teatro, la Actuación, se aprende y se pule, se perfecciona.

Pero hay artistas que "saben", como hay futbolistas que "saben". La existencia de los que "saben" y de los que "no saben" nos marca la pauta de dónde estamos parados artística y/o futbolísticamente. Fíjense si serán importantes las diferencias...

Si uno ama al Teatro y siente Pasión por él, amará a los que "saben", como amamos a los que "saben" en el fútbol porque amamos el fútbol. Y aprenderá de los que saben...

Si uno se ama a sí mismo, más que al Teatro, entonces que haya quien "sabe más", le dolerá. Es en estos casos que el narcisismo es más fuerte que la obra.

En tanto el narcisismo continúe priorizado, la persona que lo padece será incapaz de disfrutar de la tarea en grupo. Ésto pasa, no sólo en el Teatro. El Teatro no es necesariamente una tarea narcisista. Contar historias sobre un escenario no tiene nada que ver con el narcisismo. Sobre todo cuando uno comprende que hay algo más grande que el individuo, y que es la construcción y composición de un grupo. Y hay algo más grande que el grupo por el grupo mismo: La obra. 

Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el Espacio Teatral "La Cueva de Colegiales".

Contacto:  teatrovolpin@gmail.com 

La práctica de vivir a solas es muy diferente de la vivir en grupo. A la persona que conoce, sólo, una u otra manera de vivir, generalmente le es costoso aprender la manera opuesta.

En la vida cotidiana y el trato diarios, las diferencias de criterios generan, a veces muy malos entendidos... hasta que son entendidos. Es un tiempo que debemos darnos. 

La persona acostumbrada a vivir a solas, generalmente, hace su voluntad antes que la del prójimo. Y lo hace sin intención alguna. Lo hace como aquello que conoce y es capaz de llevar a cabo. 

La persona acostumbrada a vivir en grupo, generalmente, deja de lado su voluntad individual para priorizar la voluntad que se da por consenso. 

Ninguna de las dos maneras es mejor que la otra y las dos son maneras a aprender. Por eso el Teatro resulta tan interesante como propuesta a transitar. En el Teatro la tarea es individual y es colectiva a la vez. Cada persona expone en el grupo de Teatro su esquema referencial de vida, sabiendo que, desde el momento en que empieza a formar parte de dicho grupo, este esquema referencial -propio- se verá enriquecido por los distintos esquemas individuales que, volcados a una tarea común, aportan y aportarán sus miradas, sus escuchas, sus opiniones, sus ideas, sus reflexiones, sus sentimientos, sus imágenes, sus poéticas... 

Cuando decidas hacer Teatro, tené en cuenta al grupo; tené en cuenta que necesariamente deben producirse encuentros y que esos encuentros son el génesis de la creación. El Teatro es creación colectiva, individual... y es, además, un camino en el cual hay mucho escrito, y mucho más por escribir.  

Gustavo Volpin - profesor de Teatro en el espacio teatral "La Cueva de Colegiales".

Contacto:  teatrovolpin@gmail.com 

El hombre pensaba a solas, frente a su antigua máquina de escribir:

"¿Cómo empezar cada día con la indudable certeza del triunfo...? ¿En dónde el deseo es deseo, y en dónde comienza a ser "tendencia a la manía de una conducta bipolar"...? ¿Por qué, ante la ausencia de oportunidades reales/sociales que estimulen el trabajo y el talento, uno tiene y defiende su derecho a ser...? ¿Para qué dar pelea...?"

- "Sueñas demasiado. Deberías ser más pragmático"- dijo un ángel al hombre-.

Y otro ángel respondió:- "Déjalo ejercer su derecho a soñar! ¿Qué clase de ángel sos?"

- "¿Acaso debo dejar de lado mi talento, mi don, otorgado por quién no conozco, o por la desconcertante causalidad?"...- dijo el hombre, - "¿Con qué cara me miraré y miraré a mis semejantes, si no puedo ser quien de verdad soy?"

Los dos ángeles guardaron silencio, sabiendo que ellos eran ángeles, y no hombres.......

Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio teatral "La Cueva de Colegiales".

Contacto:  teatrovolpin@gmail.com 

A veces me llegan, a través del mail o del facebook, consultas sobre cuestiones inherentes a la expresión y otros temas relacionados con el Teatro. Hoy me escribió una mujer desde el extranjero (cuyo nombre no daré), que asistió a un taller de Teatro en algún lugar de EEUU, y que tenía un problema con la agresión como canal de expresión. 

Hay personas que nunca insultan o nunca se enojan y que no pueden hacerlo. Vean ustedes qué delicado es el tema de la expresión, al punto de que, en un Taller de Teatro una persona puede llegar a habilitar, por vez primera, su capacidad de expresar ira, risa, ternura, tristeza, etc. Y para esto el docente debe estar preparado. 

Cuando estaba transitando el 11º año de mi formación en talleres de Teatro, me dí cuenta de que no me alcanzaba con el Teatro para ser bueno en lo mío. Fué, entonces, que comencé la práctica del Movimiento Rítmico Expresivo, el Masaje, el Arte-terapia y la Psicología Social. Y es el día de hoy que noto que, por más que haya aprendido algo, la cosa no termina aquí... 

Hay una capacidad que reconozco en mi mente y en mi conducta, que es la de aprender. No es algo de lo cual me enorgullezco ya que en verdad ha sido una tara. Por eso he trabajado sobre ella mucho tiempo. Cuando digo escuchar, en verdad estoy hablando de percibir..... 

Percibir, entrar en estado de contemplación es uno de los legados que me dejaran Nestor Raimondi y Carlos Gandolfo, dos de mis maestros. 

Creemos escuchar, sin darnos cuenta de que nos perdemos muchas cosas por un exceso de tensión... Escuchar es vaciar la mente y volverse receptivo... 

Mucha gente se la pasa opinando, porque aprendemos a opinar, aún sin fundamento, y nos afirmamos en la opinión. Emitimos conceptos y ruidos en un mismo paquete de sinsentidos irritantes. Pero, como vamos anestesiados no nos damos cuenta... 

Un componente de la condición humana despertado el psicoanálisis y el Teatro de Konstantín Stanislavski, fué el concepto de Conciencia de Sí. La Vida no es una experiencia sencilla y suele no ser tolerada. Algunas respuestas a esta no tolerancia son la locura y el automatismo que nos anula sensorial y socialmente.

Fíjense ustedes cuántas cosas importantes se juegan cada vez que decidimos emprender una nueva actividad... Y digo cuantas cosas importantes porque una vez que una persona inicia un Taller de Teatro serio, no se vuelve a ser el mismo. Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el espacio cultural "La Cueva de Colegiales".

Contacto:  teatrovolpin@gmail.com