El Teatro es contar historias.

La finalidad del Teatro debe estar puesta en lo que llamamos la acción. La acción es aquello que quiero, sea consciente de ello o no. En la Vida, las acciones son consrcuencia del devenir en el que una persona se ve envuelta y de las decisiones que se toman en dicho entorno. En el Teatro las acciones deben ser analizadas y reflexionadas en función de lo que se quiere contar sobre el escenario.

En nuestro país hacer Teatro es una práctica que involucra a cientos y/o miles de personas, muchas de las cuales trabajan en otras áreas y sus búsquedas en el Teatro son de índole personal y/o profesional como ser docentes, trabajadores de los medios, políticos, etc.

Hago aquí a un alto para referirme al caso de una persona que me escribió hace poco -persona dedicada a la política- con la intención de mejorar su discurso y volverse convincente al hablar ante grupos de personas. 

Es sabido que, con técnicas actorales o no, es posible emocionarse y transmitir dicha emoción. Pero debe quedar en claro que el fin último del Teatro es contar historias. Para ésto me parecen más importante las acciones, el hacer y el Ser que el emocionarse. La sensibilidad no necesariamente implica conmocionarse. Si lo pensamos desde la política, hasta el ex ministro Domingo Cavallo lloró... y no convenció a nadie...

Escribo este artículo como una declaración de principios desde el rol de transmitir un conocimiento. Cuando se forman artistas, no se engaña a una sociedad. Ahora, cuando los políticos quieren usar las nobles herramientas del Teatro para confundir, distraer o engañar, actuando fuera del escenario, estamos en un grave problema. Es posible que estemos acostumbradas/os al engaño mas que a la Verdad. Estemos atentas/os. Miremos los actos o las acciones más que el como.

Gustavo Volpin, profesor de Teatro en el Espacio Teatral "La Cueva de Colegiales".