Según el modo que tengo de trabajar en mis talleres de teatro, me es imposible seguir un itinerario rígido. Hay una estructura, pero ésta debe ser maleable y poder responder a emergentes y situaciones que se van dando en el grupo. Es aquí donde y cuando aparece la psicología social. Todo docente que trabaja con grupos debería poseer experiencia previa de trabajo con grupos, según la lectura de la psicología social. La dinámica grupal, los vínculos, lo manifiesto y lo latente debe ser leído por quien coordina. La comunicación, horizontal por necesidad, no debe desatender la verticalidad que implica ser docente y enseñar. Para que las personas aprendan debe permitírseles la participación. No alcanza con "bajar" teoría o hablar de las experiencias, propias o ajenas. Es importante guiarlo/a, tanto como soltarlo/a al alumno/a para que haga su experiencia.
En síntesis: Yo, coordinador, debo sentir, pensar y proponer para favorecer el proceso del individuo o del grupo que me toca o he buscado coordinar. Gustavo Volpin, teatrovolpin@gmail.com