Todos tenemos límites... no todos queremos trascenderlos... o no siempre estamos en condiciones de hacerlo.
Trascender un límite propio es un desafío, mayor o menor, pero un desafío para el cual la persona se prepara, si es que está en un camino de aprendizaje.
Cuando uno llega al punto previo a trascender un límite personal es porque el camino andado no fué en vano. Pero hay situaciones en las cuales nos vemos insignificantes al comparar nuestras supuestas capacidades con el límite a trascender... y nos enojamos... y nos vamos del lugar, actividad o situación en donde nos confrontamos con dicho límite, dando un portazo y tratando de justificar el enojo con la situación o bien culpándonos, como si ésta fuera algo que "nos ataca"... cuando no es así ya que, en líneas generales, es algo uno buscó, generó o provocó, buscando...
Por otro lado, están las personas que insisten. Y es aquí cuando la insistencia se vuelve un mérito. De todos modos, de no insistir, la Vida insistirá por nosotros y nos pondrá en el camino una y otra vez el límite delante de nuestros ojos, hasta que los abramos y nos hagamos cargo de dar el paso pertinente...
Gustavo Volpin, profesor de Teatro/actuación en el Espacio Cultural y Teatral "La Cueva de Colegiales".
Contacto: teatrovolpin@gmail.com