El docente de Teatro debe saber desarrollar una capacidad de empatía, capaz de seguir las diferentes evoluciones que presentan las personas e ir comprendiendo de qué modos ir tratando con los distintos esquemas referenciales de vida que hacen a la estructura de personalidad que presenta cada participante de las clases. No es lo mismo la disponibilidad de una persona que recién empieza a otra que ya lleva 2 o 3 años en el camino del aprendizaje teatral.
Es posible que muchos de nosotros no recordemos el esfuerzo que nos llevó aprender a ponernos de pié - cuando pequeños - o a, simplemente, atarnos los cordones de las zapatillas...
Con todos los aprendizajes sucede lo mismo: El inicio parece complicado. Pero, llegado un momento dado, comenzamos a dominar el juego.
La mayor dificultad la presentan -quizás- las resistencias. Es posible pensar que, de haber muchas menos resistencias en las personas, tendríamos más momentos de felicidad...
¿Cuántas cosas hacemos para no lograr nuestros objetivos...?
Para pensarlo. Un abrazo.
Gustavo Volpin - Contacto: teatrovolpin@gmail.com